Un día, un místico hindú decidió soñar con un hombre y llevarlo a la realidad. Después de varios intentos, lo consiguió. Con ello se dio cuenta, al ver que el fuego no le quemaba, que el mismo era tan sólo la creación de otro sueño. Que otro le estaba soñando. Un universo prodigioso, animado por una erudición fuera de lo común sin duda alguna son las creaciones de Jorge Luís Borges. Sobre todo cuando uno se sumerge en sus universos, porque cada obra suya es un universo propio, rico, fantástico y lleno de vida que nos traslada más allá de los límites de todo realismo, entre el sueño y la realidad.
Borges es la vida hecha literatura. Nació un 24 de agosto de 1899 en Buenos Aires. Y desde muy pequeño tuvo acceso, sin restricciones a la inmensa biblioteca de su padre. Su precocidad fue asombrosa, a los seis años le dijo a su padre que iba ser escritor. Y no se demoro ya que a los siete años escribió en ingles (lengua que su padre le había enseñado antes que el castellano) un resumen de la mitología griega. Para los ocho años escribió su primer cuento, y un año más tarde una traducción (publicada) de un cuento de Oscar Wilde.
Por ello no era de extrañar que el futuro le haya deparado un rotundo éxito. Reconocido, celebrado y admirado mundialmente, recibió varios premios literarios internacionales e innumerables galardones, entre los que destaca el Premio Nacional de literatura Miguel de Cervantes que lo obtuvo en 1979. Sin embargo las alegrías de una vida dedicada a la poesía y a la narración se vieron empañadas por una desgracia: el mundo de su madurez, fue el mundo de la noche. Ya que tan sólo, a los cuarenta años quedo ciego a consecuencia de un accidente. Lo que no impido el nacimiento de obras como: Ficciones (1944), El Aleph (1949), o Manual de Zoología fantástica (1957) que constituyen las bases de una obra compleja, en la que la realidad se desvanece y deja lugar a un universo hechizado de mitos y de símbolos.
En su continua búsqueda y deslumbramiento Borges se mezclo con la vida literaria internacional, dejando la poesía en 1925 para cultivar un género difícil dentro de la literatura: el cuento, y en particular el cuento fantástico. “Ya que el que escribe la literatura fantástica requiera más lucidez y más rigor, más exigencia intelectual auténtica, más verdadera preocupación estética”, decía el maestro. Y sin duda, lo fantástico le permitía desarrollar los temas que lo obsesionaban. Mediante lo fantástico se liberaba de las incertidumbres metafísicas y filosóficas que estructuraban su personalidad.
Para Jorge Luis Borges, el mundo carece totalmente de coherencia. Ni siquiera llegar a ser real o la realidad que conocemos no es más que una invención de los hombres. El tiempo, el espacio y la identidad personal tampoco existen. Así pues, en “El Inmortal”, uno de los cuentos más elaborados de El Aleph, su colección más conocida, el protagonista vive durante varios siglos. Tarda casi lo mismo que el lector en comprender que, en otro tiempo, ha sido Homero y, al mismo tiempo, uno de los lectores de la traducción de Homero hecha por Pope en el siglo XVIII, un tribuno romano y un judío errante. El sentido de esta metáfora es evidente: un hombre es todos los hombres. Mejor dicho: yo soy todos los hombres.
Otra faceta un tanto marginal de Borges es su actividad como crítico. El escritor argentino siempre se ha planteado esta tarea con un cierto dilettantismo, que al abordar una obra, un tema, el escritor, se nos revela como un crítico de extraordinaria sagacidad y penetración. En sus breves ensayos de Discusión (1932) o de Otras inquisiciones (1952), la erudición más exquisita se combina con una imaginación creadora comparable a la de sus propios relatos.
La clave de la obra narrativa de Borges según detallan sus contemporáneos, se encuentra en la repetición de determinado número de claves, como: el laberinto, el espejo, el tigre o el río, entre otras. A través de ellas, el escritor argentino se empeña en desarrollar su idea del caos, confundiéndolo con el mundo dirigido por el azar y del que nada podemos entender.
Por ejemplo, en La Lotería en Babilonia, hace alusión a que una lotería toma el lugar del Estado y luego la vida acaba confundiéndose con ellos. Es la imagen de lo arbitrario de nuestro mundo. Y en la Biblioteca de babel, Borges crea de nuevo el universo dándole la forma de una biblioteca, inmensa e infernal. Los hombres nacen en ella en pisos diferentes y pasan su vida buscando en libros amontonados confusamente, la explicación de los últimos fines de la biblioteca. Mientras que el laberinto, símbolo principal de la obra borgiana, es simultáneamente orden y caos, prisión y refugio, paso hacia el mundo y repliegue hacia el interior. Que el lector encuentre el sentido. O que se pierda en él.
Por ello no era de extrañar que el futuro le haya deparado un rotundo éxito. Reconocido, celebrado y admirado mundialmente, recibió varios premios literarios internacionales e innumerables galardones, entre los que destaca el Premio Nacional de literatura Miguel de Cervantes que lo obtuvo en 1979. Sin embargo las alegrías de una vida dedicada a la poesía y a la narración se vieron empañadas por una desgracia: el mundo de su madurez, fue el mundo de la noche. Ya que tan sólo, a los cuarenta años quedo ciego a consecuencia de un accidente. Lo que no impido el nacimiento de obras como: Ficciones (1944), El Aleph (1949), o Manual de Zoología fantástica (1957) que constituyen las bases de una obra compleja, en la que la realidad se desvanece y deja lugar a un universo hechizado de mitos y de símbolos.
En su continua búsqueda y deslumbramiento Borges se mezclo con la vida literaria internacional, dejando la poesía en 1925 para cultivar un género difícil dentro de la literatura: el cuento, y en particular el cuento fantástico. “Ya que el que escribe la literatura fantástica requiera más lucidez y más rigor, más exigencia intelectual auténtica, más verdadera preocupación estética”, decía el maestro. Y sin duda, lo fantástico le permitía desarrollar los temas que lo obsesionaban. Mediante lo fantástico se liberaba de las incertidumbres metafísicas y filosóficas que estructuraban su personalidad.
Para Jorge Luis Borges, el mundo carece totalmente de coherencia. Ni siquiera llegar a ser real o la realidad que conocemos no es más que una invención de los hombres. El tiempo, el espacio y la identidad personal tampoco existen. Así pues, en “El Inmortal”, uno de los cuentos más elaborados de El Aleph, su colección más conocida, el protagonista vive durante varios siglos. Tarda casi lo mismo que el lector en comprender que, en otro tiempo, ha sido Homero y, al mismo tiempo, uno de los lectores de la traducción de Homero hecha por Pope en el siglo XVIII, un tribuno romano y un judío errante. El sentido de esta metáfora es evidente: un hombre es todos los hombres. Mejor dicho: yo soy todos los hombres.
Otra faceta un tanto marginal de Borges es su actividad como crítico. El escritor argentino siempre se ha planteado esta tarea con un cierto dilettantismo, que al abordar una obra, un tema, el escritor, se nos revela como un crítico de extraordinaria sagacidad y penetración. En sus breves ensayos de Discusión (1932) o de Otras inquisiciones (1952), la erudición más exquisita se combina con una imaginación creadora comparable a la de sus propios relatos.
La clave de la obra narrativa de Borges según detallan sus contemporáneos, se encuentra en la repetición de determinado número de claves, como: el laberinto, el espejo, el tigre o el río, entre otras
Por ejemplo, en La Lotería en Babilonia, hace alusión a que una lotería toma el lugar del Estado y luego la vida acaba confundiéndose con ellos. Es la imagen de lo arbitrario de nuestro mundo. Y en la Biblioteca de babel, Borges crea de nuevo el universo dándole la forma de una biblioteca, inmensa e infernal. Los hombres nacen en ella en pisos diferentes y pasan su vida buscando en libros amontonados confusamente, la explicación de los últimos fines de la biblioteca. Mientras que el laberinto, símbolo principal de la obra borgiana, es simultáneamente orden y caos, prisión y refugio, paso hacia el mundo y repliegue hacia el interior. Que el lector encuentre el sentido. O que se pierda en él.
La Originalidad
Para iniciar al lector en el universo extraño de estos mitos, Borges supo forjar un leguaje totalmente original. Ya que el tono particular de sus narraciones es resultado de una mezcla inteligente e inextricable de pasado lejano y de presente reciente; mezclando la historia y sus mitologías con la realidad contemporánea.
Y donde la originalidad reside también en la complejidad de la red de referencias culturales, reales o imaginarias. Se pasa de Egipto al Islam, de India a Roma y de lo verdadero a lo falso. De hecho, Jorge Luís Borges, amante de mixtificaciones, no tuvo inconvenientes en escribir en algunos periódicos, artículos sobre libros totalmente apócrifos.
Así, podríamos seguir citando las originalidades, peculiaridades y creaciones del maestro Borges y no terminaríamos de descubrir cada vez más sus encantos y resonancias que aún perduran en sus obras y en sus años vividos, bajo un mismo sol literario que lo alumbró a pesar de su temprana ceguera. Ya que si su Alepht es un minúsculo punto en el espacio que aprisiona al universo entero visto todos sus ángulos, comprenderemos que sus cuentos fantásticos son otros tantos Alepht, con límites muy humanos, sin duda alguna.
Documental realizado por Televisora Argentina
Y donde la originalidad reside también en la complejidad de la red de referencias culturales, reales o imaginarias. Se pasa de Egipto al Islam, de India a Roma y de lo verdadero a lo falso. De hecho, Jorge Luís Borges, amante de mixtificaciones, no tuvo inconvenientes en escribir en algunos periódicos, artículos sobre libros totalmente apócrifos.
Así, podríamos seguir citando las originalidades, peculiaridades y creaciones del maestro Borges y no terminaríamos de descubrir cada vez más sus encantos y resonancias que aún perduran en sus obras y en sus años vividos, bajo un mismo sol literario que lo alumbró a pesar de su temprana ceguera. Ya que si su Alepht es un minúsculo punto en el espacio que aprisiona al universo entero visto todos sus ángulos, comprenderemos que sus cuentos fantásticos son otros tantos Alepht, con límites muy humanos, sin duda alguna.
Documental realizado por Televisora Argentina
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