Recientemente se acaban de sentar al menos unas bases científicas con respecto a la alteración que causa el ser humano al planeta tierra, a partir de las cuales se puedan medir los riegos. Un equipo científico internacional ha identificado nueve fronteras planetarias "que no deben ser sobrepasadas" si se quieren evitar alteraciones medioambientales insostenibles.
Las nueve fronteras según el informe que deben respetarse son:
- El cambio climático,Los límites de seguridad en los tres primeros parámetros ya han sido sobrepasados, afirman Johan Rockström (Universidad de Estocolmo) y sus colegas en la revista Nature.
- La pérdida de biodiversidad (terrestre y marina),
- Las interferencias en los ciclos globales del nitrógeno y del fósforo,
- La destrucción de la capa de ozono estratosférica,
- La acidificación oceánica,
- El consumo global de agua dulce,
- Los cambios en el uso de la tierra,
- La contaminación química y la concentración atmosférica de aerosoles.
El objetivo de estos investigadores es intentar cuantificar los límites de seguridad más allá de los cuales el planeta no puede continuar funcionando de modo estable. Sin embargo ellos admiten que cabe mucho debate sobre la base que proponen y reconocen que algunos de los parámetros y valores que han elaborado no son mas que una primera aproximación.
Varios artículos de especialistas en diversas áreas (incluido el premio Nobel Mario Molina, que se refiere a la destrucción de la capa de ozono) acompañan en Nature el trabajo de de Rockström y sus colegas, valorando sus propuestas y parámetros.
Parámetros en el cambio climático:
Para el cambio climático el parámetro elegido por el equipo de Rockström son:
- La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera y los cambios en forzamiento de la radiación (en ambos se han sobrepasado ya los valores de seguridad).
- La pérdida de biodiversidad se puede medir por la tasa de extinción (número de especies perdidas por millón de especies por año).
- La cantidad de nitrógeno atmosférico fijado para su utilización humana en agricultura (en millones de toneladas por año)
y la cantidad de fósforo vertido al océano mundial (millones de toneladas pro año).
El resto de las fronteras se pueden medir por la concentración de ozono, la acidez de las aguas oceánicas, el consumo humano de agua dulce (kilómetro cúbico por año), el porcentaje de superficie global convertido en cultivos (uso de la tierra), la concentración de partículas en la atmósfera y la cantidad de contaminantes.
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