La globalización de la pobreza está acompañada de la reestructuración de las economías nacionales de los países en desarrollo y de un reordenamiento de su papel en la economía mundial. Las reformas macroeconómicas nacionales que se aplican simultáneamente en un elevado número de países, juegan un papel importante en la regulación de salarios y costos laborales a nivel mundial. La pobreza global constituye un suministro del lado de la oferta. El sistema económico mundial se alimenta de mano de obra barata.
La economía global se caracteriza por el traslado de gran parte de la base industrial de los países avanzados a los países en desarrollo, donde se encuentran las fuentes de mano de obra barata. El concepto de «economía de exportación de mano de obra barata» fue lanzado en el sudeste de Asia en los años 60 y 70 con las “industrias intensivas en mano de obra”. Inicialmente éstas se limitaron a unos enclaves de exportación (por ejemplo Hong Kong, Singapur, Taiwán y Corea del Sur), pero más tarde en los años 70 y 80 el desarrollo de la producción con mano de obra barata en ultramar ganó ímpetu.
A pesar de que el Tercer Mundo sigue siendo principalmente productor de productos primarios, la economía mundial contemporánea ya no está estructurada a lo largo de las divisiones tradicionales entre “industria” y “producción primaria”. Una cantidad cada vez mayor de la industria manufacturera se realiza en el sudeste asiático, China, América Latina y Europa Oriental.
Así, la globalización de la pobreza avala el desarrollo de una economía mundial de exportaciones de mano de obra barata; las posibilidades de producción son inmensas dada la enorme masa de trabajadores empobrecidos y baratos alrededor del mundo. Como contraste, los países pobres no comercian entre sí, ya que los pobres no constituyen un mercado para los productos que ellos mismos producen.
La economía global se caracteriza por el traslado de gran parte de la base industrial de los países avanzados a los países en desarrollo, donde se encuentran las fuentes de mano de obra barata. El concepto de «economía de exportación de mano de obra barata» fue lanzado en el sudeste de Asia en los años 60 y 70 con las “industrias intensivas en mano de obra”. Inicialmente éstas se limitaron a unos enclaves de exportación (por ejemplo Hong Kong, Singapur, Taiwán y Corea del Sur), pero más tarde en los años 70 y 80 el desarrollo de la producción con mano de obra barata en ultramar ganó ímpetu.
A pesar de que el Tercer Mundo sigue siendo principalmente productor de productos primarios, la economía mundial contemporánea ya no está estructurada a lo largo de las divisiones tradicionales entre “industria” y “producción primaria”. Una cantidad cada vez mayor de la industria manufacturera se realiza en el sudeste asiático, China, América Latina y Europa Oriental.
Así, la globalización de la pobreza avala el desarrollo de una economía mundial de exportaciones de mano de obra barata; las posibilidades de producción son inmensas dada la enorme masa de trabajadores empobrecidos y baratos alrededor del mundo. Como contraste, los países pobres no comercian entre sí, ya que los pobres no constituyen un mercado para los productos que ellos mismos producen.
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