INSÓLITOS MAESTROS (PARTE - VI): ISAAC ASIMOV Y SU IMPERIO DEL FUTURO

Se data que si los padres de Isaac Asimov no hubieran emigrado de la Unión Soviética a los Estados Unidos en 1923, no conoceríamos hoy las famosas “tres leyes” que respetan la mayor parte de autores contemporáneos de ciencia-ficción cuando se trata de temas de robots humanoides:

*El robot no puede herir a un ser humano ni permitir, por su pasividad, que un humano sea herido.

*Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto cuando se opongan a la primera ley.

*Un robot debe proteger su propia existencia mientras dicha protección no se oponga a las dos primeras leyes.


Este maestro de lo insólito, nació en Smoliensk en 1920, este genio siguió estudios que lo llevaron al doctorado en bioquímica. Incluso llego a obtener cierto prestigio popular con un panorama de las ciencias físicas y biológicas. Esta obra fue puesta al día bajo el título de “Introducción a la ciencia”.También se registra que fue George Campbell, director de la célebre revista Astounding Stories, quien involuntariamente sugirió estos principios a Isaac Asimov, en un momento de la impaciencia, cuando este no lograba exponer las normas de actuación referentes al tema sobre el que estaba escribiendo en aquel momento.

Para este peculiar maestro, la ciencia y la ficción eran complementarias. El se apasiono profundamente por esta rama que entregó su primera narración a la revista Astounding a la edad de diecinueve años. Fue el inicio de una carrera literaria que lo ha llevado a ser uno de los más grandes autores de ciencia-ficción. No tenía veinte años cuando escribió las tres leyes.

A pesar de ser él mismo su creador, parece como si lo hubiera hecho adrede para violarlas mejor. A partir de los años cuarenta después de publicar sus tres leyes, publico una serie de narraciones en las que parece que lo robots se encuentran con dificultades para respetar las tres leyes. Sus tres leyes creadas.

El autor disfruta buscando los puntos débiles de sus principios y estudiando sus paradojas. Pero para el lector, el placer es aún mayor: el de dejarse llevar por una imaginación que mezcla razonamientos rigurosos, inteligencia, espíritu abierto y humor. Es, en definitiva, el placer de leer obras originales por su problemática y por su construcción, en las cuales la intriga se parece a la de las novelas policíacas.

Se puede observar también en sus obras que los robots de Asimov rompen totalmente con la tradición de monstruos iniciada con el Golem y con Frankestein, que hasta entonces no podían faltar en la ciencia-ficción o en el género fantástico. Los personajes configurados por Asimov tienen, paradójicamente, una entidad psicológica muy superior a la de sus antecesores.

Ya para mayo de 1942, Isaac Asimov empieza la publicación de las narraciones que, reunidas bajo los títulos de Fundación, Fundación e Imperio y Segunda Fundación, llegarían a ser una de las obras maestras de la ciencia-ficción del siglo XX. El tema de esta saga del futuro aparece actualmente como algo banal, debido a lo mucho que ha sido utilizada. Simplemente, ha pasado a ser un clásico.

Por ahora el inventor de la “robótica” puede contemplar el futuro con serenidad, futuro que no llegara a ser ni tan bello, ni tan divertido, ni tan heroico como el que está encerrado en sus libros. Sino echemos tan solo un vistazo a la realidad y nos toparemos con los robots más sofisticados destinados para las guerras, que a diferencia de las tres leyes de Asimov, su objetivo es el exterminio selectivo de humanos.

Aqui les dejo con un cortometraje inspirado en el libro de Asimov:


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